Miguel Ángel Antoñanzas ha sido el ganador del Cartel 2008. He sacado estas explicaciones sobre la realización del cartel de la web del Excmo. Ayto. Pamplona.
Todo comenzó con un toro de plástico de souvenir. No sé cómo llegó a mis manos, pero la cuestión es que me apropie de él. En el canal de televisión, el torito español era ya popular, de hecho se había sentado en las sillas de los productores, adornado con una bandera colombiana y había fotos que así lo constataban. Luego su dueño, un compañero de trabajo me recordó su propiedad. De todos modos, todavía sigue en mi poder, creo que le he cogido cariño. El pequeño toro cubierto con una piel artificial negra y unos cuernos blancos era muy real, pero tenía una tara, le faltaban los testículos…un canadiense-francés se los arrebató en un ataque de locura.
(...) La primera idea contemplaba sólo la testa del morlaco llegando de un norte imaginario. Lo pinté levemente, quería borrarle las aristas, quería que fuera algo más desdibujado… el resto sería el color rojo del pañuelo.Vi que el cartel tenia fuerza, y pensé en dejarlo así. Solo la cabeza del toro en un mar de rojo. Pero pensé que en Pamplona el elemento festivo no solo es el toro, es el corredor, eso es lo que nos hace diferentes de otras fiestas taurinas.
Faltaba el elemento humano.Para eso prepare una sesión de fotografías en el mismo complejo de apartamentos donde vivo. Ataviado con camisa y pantalón blanco, el mismo pañuelo rojo del toro y con una faja improvisada con un lazo rojo de regalo, nos dispusimos a la tarea. Contaba con la ayuda de una compañera productora de TV que le tocaba hacer de fotógrafa en esta inusual sesión en pleno corazón de Atlanta, la ciudad mas sureña de Estados Unidos.
Sobre un balcón, buscábamos el eje perfecto con la fotografía del toro. Hicimos decenas de fotos. De memoria iba recordando qué tipo de movimientos y poses suelen tener los corredores. Fotografiamos multitud de movimientos, desde que el mozo incita al toro, hasta que se escapa, cae y rueda por el suelo cubriéndose la cabeza con las manos. Tras la larga sesión y tras pasar el material al ordenador, busque entre las fotos la silueta que mejor podría ir al cartel.
Finalmente elegí la del corredor con el brazo suspendido con el periódico en la mano cerca del toro porque era las más acorde con mi idea inicial. Al principio la silueta estaba situada en el margen de la izquierda, pero luego me di cuenta de que podría hacer una línea recta con el toro y mozo, y liberando así los espacios a ambos lados. De esta manera lograba que el ojo del espectador también se fuera a ese espacio mínimo entre el morro del morlaco y la punta del periódico, la extensión del brazo del corredor.
Allí en ese espacio breve que en los encierros de verdad puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, iría el nombre de San Fermín. Es en ese momento mágico cuando nuestra tradición mas enraizada toma contacto.
1 comentario:
a ver que pasa con ese toro, que está afeitao...jejeje
un saludo
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